EL FÚTBOL UN DEPORTE CON PASION
jueves, 7 de agosto de 2014
lunes, 4 de agosto de 2014
VIDA Y OBRA DE DIEGO ARMANDO MARADONA
Diego Armando Maradona
(Buenos Aires, 1961) Futbolista argentino, uno de los más grandes de la historia, comparado a menudo con el legendario Pelé. Si bien su habilidad con el balón y su depurada técnica igualaron la del brasileño, la trayectoria de Maradona fue mucho más irregular: su carácter difícil, los problemas de salud y la adicción a las drogas malograron parte de su carrera, pero no impidió que su genialidad brillase en numerosas ocasiones. Tras ganar en 1979 el campeonato mundial juvenil con la selección de su país y triunfar dos años después en el Boca Juniors, inició un periplo europeo que lo llevó al F.C. Barcelona (1982-84), el Nápoles (1984-91) y el Sevilla (1992-93). De regreso a Argentina jugó en el Newell's Old Boys y en el Boca Juniors antes de retirarse en 1997. Con la selección argentina participó en cuatro mundiales y se alzó con el título mundial en el de México (1986), en el que tuvo una portentosa e inolvidable actuación.
El futbolista más popular de Argentina nació, según consta en el Registro Civil, el día 30 de octubre de 1961 en Lanús, aunque todos lo identifiquen como el Pelusa de Villa Fiorito, donde transcurrió su infancia y desde donde saltó a la fama. A los nueve años inició su romance con el fútbol, cuando actuaba en un equipo infantil conocido como Los Cebollitas. Don Diego, su padre, regentaba una canchita en el barrio y dirigía el equipo Estrella Roja, al que Diego hijo accedió siendo adolescente y a despecho de sus compañeros de más edad. Estudió en el colegio comercial Avellaneda, pero no terminó el primer año del secundario, pues pasaba sus horas haciendo jueguitos (casi malabares) con la pelota.
Fichado por Argentinos Juniors, debutó en la primera división en 1976, diez días antes de cumplir dieciséis años. Siguió jugando en Argentinos Juniors hasta 1980, y si bien su equipo no obtuvo ningún campeonato, Maradona fue el máximo goleador de los torneos argentinos de los años 1978, 1979 y 1980. En 1979 formó parte de la selección juvenil que ganó el campeonato del mundo. En 1981 pasó al Boca Juniors (el River Plate también intentó contratarlo), equipo con el que salió campeón ese mismo año.
La aventura europea
Ya por entonces los clubes del viejo continente eran el destino natural de las grandes promesas del fútbol americano, y Maradona era la más destacada. Contratado en 1982 por el Fútbol Club Barcelona por 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros, una cifra astronómica en la época), consiguió con los azulgranas la Copa de la Liga, la Copa del Rey (ambas en 1983) y la Supercopa de España (1984), pero una hepatitis y una lesión importante perjudicaron su rendimiento. De nuevo por una cantidad astronómica pasó en 1984 al Nápoles, con el que ganó las ligas de 1987 y 1990, la copa UEFA de 1989 y la Supercopa de Italia de 1991.
Durante su etapa italiana contrajo matrimonio con Claudia Villafañe, de la que tendría dos hijas, Dalma y Giannina. Maradona permaneció en el Nápoles hasta 1991, año en que un control antidopaje detectó consumo de cocaína, por lo que fue suspendido durante quince meses. Poco después fue detenido en Buenos Aires en una redada policial. El 28 de abril de 1992 quedó en libertad y tuvo que afrontar una acusación de suministro y tenencia de drogas.
Su carrera internacional finalizó tormentosamente en el Sevilla, equipo con el que no llegó a completar la temporada 1992-1993. Cuando regresó a Argentina tras su experiencia europea, actuó en el club rosarino Newell's Old Boys (1993-1994) y, después de cumplir la suspensión impuesta en 1994 por la autoridad futbolística internacional (FIFA), volvió a vestir la camiseta de Boca Juniors en 1995, en una temporada irregular en cuanto a su rendimiento. En octubre de 1997 anunció su retirada definitiva después de, una vez más, dar positivo en un control antidopaje.
La mano de Dios y el gol del siglo
Con la selección argentina, Maradona había lucido ya su magia en el combinado que ganó el campeonato mundial juvenil en Japón (1979). En la categoría absoluta, Maradona formó parte de las selecciones nacionales que participaron en cuatro campeonatos mundiales: los de España (1982), México (1986), Italia (1990) y Estados Unidos (1994). Se alzó con el campeonato del mundo disputado en México (1986) y con el subcampeonato en Italia (1990). En el mundial de Estados Unidos (1994) sólo llegó a disputar dos partidos; tras el segundo, dio positivo en un control antidopaje y fue suspendido.
Donde su figura brilló con mayor intensidad fue sin duda en el mundial de México, cuando su capacidad de arrastrar a toda la defensa del equipo rival con su impresionante facilidad para la gambeta y proyección dejó pasmados a los millones de aficionados que seguían el campeonato a través de la televisión. Particularmente memorable fue su actuación en los cuartos de final: cuatros años después de la Guerra de las Malvinas, alemanes y argentinos se enfrentaban en un partido de máxima rivalidad, que terminó con la victoria de los albicelestes por 2 a 1, con dos goles de Maradona.
El primero de ellos debió haber sido anulado (Maradona metió con el puño un balón que disputaba al guardameta británico), pero no por ello es menos famoso: al preguntársele después si había marcado el tanto con la mano, Maradona respondió que había sido "la mano de Dios", y con ese nombre pasó a la historia. El segundo, justamente llamado el gol del siglo, fue una de sus genialidades difícilmente superables: arrancando de su propio campo, Maradona dribló, uno tras otro, a cinco jugadores ingleses y al portero, y marcó de un zurdazo.
Profesionalmente, tras su retiro ejerció como entrenador, directivo del Boca Juniors, comentarista deportivo y presentador de televisión. A pesar de los numerosos escándalos y polémicas que protagonizó durante y después de su carrera deportiva, Maradona siguió siendo idolatrado en su país. El Pelusa supo emocionar a los amantes del fútbol y se ganó un lugar en la historia de este deporte. La canción que compuso Fito Páez (Dale alegría a mi corazón) y el tango Mago Diego, de Enrique Bugatti, son algunos de los homenajes que sus compatriotas le dedicaron. En 2008 fue nombrado director técnico de la selección argentina de fútbol, y su gestión, como cabía esperar, fue controvertida: pese a contar con figuras de la talla de Leo Messi, a quien reconoció como su sucesor, el combinado albiceleste no pasó de los cuartos de final en el mundial de Sudáfrica de 2010.
PELE UN GRANDE EL FUTBOL
(Edson Arantes do Nascimento; Três Corações, Brasil, 1940) Futbolista brasileño. El mejor futbolista de todos los tiempos, en opinión de muchos, fue rechazado por los principales clubes de fútbol brasileños en los comienzos de su carrera deportiva, hasta que, tras jugar en varias formaciones secundarias, en 1956 fichó por el Santos de São Paulo. Su padre había sido un jugador de fútbol mediocre que se retiró tempranamente. Mientras aprendía el oficio de dominar el balón, Pelé se ganaba la vida como limpiabotas. Pero a los 11 años ya se habían fijado en él, y a los 15 llegó al Santos, el equipo de su vida, después de la selección nacional de Brasil.
Entre 1956 y 1974, Pelé ofreció en el Santos verdaderos recitales futbolísticos. La Perla Negra, uno de los apelativos que recibió, era un jugador de corpulencia media que conjugaba una gran habilidad técnica, un poderoso disparo con ambas piernas y una inusitada capacidad de anticipación. A lo largo de su dilatada carrera deportiva, Pelé ganó con su club diez Campeonatos Paulistas (siendo el máximo realizador en once), cinco Torneos Río-São Paulo, dos veces la Copa Libertadores y otras dos la Copa Intercontinental en los mismos años (1962 y 1963), y, en 1962, el primer Campeonato Mundial de clubes.
Pelé debutó en la selección brasileña con sólo diecisiete años y, ya entonces, su contribución a la magia del juego carioca fue clave para la obtención del título mundial en Suecia en 1958. La incorporación de los jóvenes Pelé y Garrincha puso en marcha un juego artístico, fluido y dominador (el llamado jogo bonito) que muy poco tenía que ver con el fútbol de fuerza y pelotazo de los conjuntos anglosajones o con la improvisación de los mediterráneos.
Se iniciaba así en los campeonatos mundiales una etapa brillante, marcada por la figura legendaria de Pelé, que asombró al mundo con su juego, su clase, su intuición, su control de la pelota y del disparo. En el Mundial de Suecia de 1958, un gol suyo frente a País de Gales hizo que los brasileños se plantasen en las semifinales contra Francia, a la que batieron por un aplastante 5-2, con tres goles de Pelé. En la final, la máquina brasileña arrolló a los anfitriones hasta dejar el marcador final en 5-2, nuevamente con tres tantos de Pelé.
Pelé había llegado al Mundial de Suecia como suplente, como un garoto (chaval) que prometía mucho, y regresó con la aureola que rodea a las leyendas. No tardaría en ser llamado O Rei (El Rey), apodo que Pelé recibió en 1961 de la prensa francesa. En los años venideros, Pelé confirmaría su propio mito, ganándose la consideración de mejor jugador de todos los tiempos al liderar los triunfos mundialistas de su país en los campeonatos de Chile (1962) y México (1970); los tres títulos mundiales valieron al combinado brasileño la adjudicación en propiedad del primer trofeo instituido, la llamada copa Jules Rimet.
Tras obtener todos los títulos posibles y haber contabilizado más de mil goles marcados en partidos oficiales (1.284 goles en 1.363 partidos, según las estadísticas), anunció su retirada del deporte activo en 1974. Sin embargo, Pelé (cuyo seudónimo carece aparentemente de significación alguna) fichó en 1975 por el Cosmos de Nueva York, equipo constituido por un conjunto de grandes figuras del fútbol a fin de promocionar este deporte en Estados Unidos.
Tras retirarse definitivamente en 1977, O Rei recibió numerosos galardones y reconocimientos, tales como el Premio Internacional de la Paz (1978) o el de Atleta del Siglo (1980). Aureolado por una fama sin fronteras, y habiéndose convertido en el deportista mejor pagado hasta el momento, Pelé inició una carrera relativamente exitosa en el cine como actor (llegó a participar en el largometraje de John HustonEvasión o victoria, de 1981), y en la música, como compositor de varias piezas, entre las que se incluye la banda sonora completa de la película de carácter biográfico Pelé (1977).
Pelé continuó también ejerciendo una importante influencia en el mundo del fútbol desde los despachos, y en 1995 fue nombrado ministro de Deportes en Brasil, cargo desde el cual impulsó la llamada Ley Pelé, con la cual pretendía modificar la legislación en materia de contratos deportivos entre clubes y jugadores.
Todavía unos pocos postulan para el título de mejor jugador de la historia a figuras como el holandésJohan Cruyff, el alemán Franz Beckenbauer o los argentinos Diego Armando Maradona, y, ya en el siglo XXI, Leo Messi, alegando que el altísimo nivel de exigencia del fútbol de las últimas décadas no es comparable al de los tiempos de O Rei. Pero es innegable que los registros de Pelé siguen imbatidos y parecen inalcanzables; si no el más grande de todos los tiempos, fue sin duda el primero de los grandes.
domingo, 3 de agosto de 2014
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